lunes, mayo 05, 2008

La Aceleración Inflacionaria ya está Enfriando la Economía

Por Mario Brodersohn
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En el día de ayer la Sra. Presidenta de la Nación señaló que no tiene ninguna intención de enfriar la economía. Esta afirmación es la continuación de expresiones previas del ex – Presidente Néstor Kirchner "Los que fundieron el país quieren ahora enfriar la economía. Terminemos con la hipocresía. No hablemos mas de enfriar la economía".

Estas expresiones me traen a la memoria una muy buena película estrenada la semana pasada "El nido vacío" dirigida por Daniel Burman (la recomiendo). La película gira en torno al dialogo entre un Neurólogo y un dramaturgo que esta comenzando a escribir un libro. El Neurólogo investiga problemas relativos a la memoria y sostiene que hay personas que confunden fantasías con hechos reales, fantasías que suponen que se han cumplido aunque no sean ciertas y luego pasan a formar parte de su memoria.

Siguiendo con la película de Burman, podríamos extender la teoría del Neurólogo a la realidad política de la Argentina. El Gobierno tiene la fantasía de que no hay inflación en la Argentina y se comporta como si esa fantasía fuese cierta. Para el INDEC el Índice de Costo de Vida aumento en marzo un 1.1 % y la inflación en los últimos doce meses fue del 8.8 %

Por otra parte, las encuestas privadas señalan que las expectativas inflacionarias para el 2008 están en el orden del 30% anual. En marzo las mediciones del Índice de Costo de Vida en las Provincias de San Luis y Santa Fe muestran un aumento del orden del 4% mensual.

Pero esa no es la única fantasía gubernamental. En los últimos cinco años la economía argentina creció al un ritmo del 8.6% anual, tasa de crecimiento muy superior a cualquier otro quinquenio de los últimos cincuenta años. La tesis gubernamental es muy simple: ¿Si hemos sido tan exitosos en los últimos años porque no seguir con "mas de lo mismo"?

Esta postura no le permite ver que en el 2008 vamos a enfrentar una realidad muy distinta a la de los últimos años:
  • La inflación en el 2008 se esta acelerando a un ritmo muy superior al observado en la etapa exitosa.
  • La economía mundial esta atravesando una crisis de crédito y de solvencia bancaria cuando en los cinco años anteriores vivimos un clima de euforia económica internacional.
  • Las encuestas de opinión muestran una notable caída de la credibilidad del gobierno y en la imagen de la Presidenta.

Frente a estas realidades la política de "más de lo mismo" del gobierno esta creando las condiciones para un enfriamiento de la economía, tal como se aprecia con los siguientes indicadores:

  • En materia salarial se prevé en el 2008 una caída del salario real debido a que el aumento previsto es del 19.5 % cuando se espera una inflación del 30%. Esta realidad contrasta abiertamente con la política salarial de años anteriores. En el 2005 el salario real aumento un 11.7 %, en el 2006 un 8.9 % y en el 2007, suponiendo una inflación real del 17%, aumenta un 1.8 %. Por primera vez, desde que asumió el gobierno, los precios suben por el ascensor mientras los salarios lo hacen por la escalera.
  • En materia de jubilaciones el contraste entre el 2007 y el 2008 es muy claro. En el 2007 el número total de jubilados aumento un 50 % debido a la moratoria previsional y el gasto gubernamental en seguridad social aumento un 60%. En cambio, para el 2008 frente a una hipótesis del 30% de inflación las jubilaciones solo aumentaran un 7.5% en marzo y otro 7.5% en junio.
  • En materia de estimulo a la inversión privada el 2007 también contrasta con el 2008. A comienzos del 2007 la Argentina exhibía un clima favorable para la inversión. Un indicador relevante es que el riesgo país en la Argentina era similar al de Brasil. Por el contrario, en el 2008 el riesgo país de la Argentina triplica el de Brasil. Ello pone claramente de manifiesto la falta de credibilidad en la Argentina y consiguientemente la ausencia de incentivos para la inversión privada.
  • En materia de política de tipo de cambio alto la aceleración inflacionaria atenta contra este objetivo. En efecto, en el 2007 la devaluación del peso en relación al dólar fue del 2.6 % mientras que la inflación en la Argentina fue del 17% y en los Estados Unidos del 2.9 %. En el 2008 se amplia aun mas esa brecha dado que esperamos una devaluación del peso del 3/4 % mientras la inflación argentina es 10 veces mas alta que la de Estados Unidos.
  • Por ultimo, en materia energética se espera en los meses invernales cortes en el suministro energético a las empresas que operan en le país. En esos meses va a ser necesario importar fuel y gas-oil en torno a los 3.000 millones de dólares para compensar la insuficiencia de la oferta interna de gas-oil, la caída en la producción de gas y la drástica disminución en el abastecimiento de gas boliviano.

Todos estos factores nos indican que en el 2008 la política del gobierno de "más de lo mismo" esta conduciendo a enfriar el consumo y la inversión privada. Artemio López señala en su blog que estamos atravesando un nivel record de pobreza. Debido a que se dispararon los precios de los alimentos, las familias pobres nunca pudieron comprar tan poco. En enero/marzo 2008 el ingreso de los hogares pobres promedio los $615 y el costo de la canasta familiar fue de $1.435. Los hogares pobres pueden comprar apenas el 43% de los bienes y servicios que se necesita para superar la línea de pobreza. En plena crisis del 2002 esa relación era del 47%.

Estos indicadores amplían la afirmación del ayer de la Presidenta: "Para ponerlo en criollo: enfriar la economía es bajar el consumo y cuando uno habla de bajar el consumo habla de menos trabajo y menos salario para millones de argentinos que han vuelto a consumir".

Volviendo a la película de Burman, en ella podemos apreciar las dificultades que enfrenta el dramaturgo para distinguir los limites entre sus fantasías y la realidad.

La fantasía del gobierno es que el Índice de precios del INDEC refleja correctamente la realidad. El gobierno pretende que su fantasía sea aceptada por la sociedad. Hasta ahora la realidad se impuso sobre la fantasía. Un claro indicador que no todos aceptan la fantasía del gobierno es el comportamiento de los dirigentes gremiales en sus demandas salariales. Para el INDEC en el 2007 la inflación fue del 8.5 % anual y los salarios aumentaron un 22.2 %. Para el 2008 el Presupuesto Nacional aprobado por el Congreso tomo una inflación del 7.3% mientras que las demandas salariales hasta ahora superan el 19.5%.

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1 Comentarios:

  • Sobre el escenario económico de los próximos meses

    ¿Cuál es el escenario económico que cabe esperar en los próximos meses? El propósito de esta nota es delinear un intento de respuesta a dicho interrogante. De partida, cabe aclarar que la intención no es hacer un pronóstico ni competir con “la bola de cristal”. Como es obvio, tal empresa sería poco menos que imposible: en materia económica es siempre difícil el pronóstico, y en la Argentina de estos tiempos cualquier intento de intuir con cierta precisión hacia dónde vamos puede ser un proyecto estéril. Sin embargo, creemos que hay algunos elementos como para establecer el contorno del escenario, lo cual nos acerca al propósito que nos hemos fijado.

    En los últimos trabajos de Econométrica se ha venido argumentado que el gobierno no está dispuesto a encarar de manera integral los múltiples tropiezos que enfrenta en la economía. En apoyo de esta hipótesis se ha analizado en este blog el programa “no nato” del Ministro saliente, Martín Losteau. Se ha argumentado que la propuesta de ML, quizás tardía y a contramano de los tiempos políticos, fue un intento de reunir diversas medidas que moderaban algunas de las dificultades de la política oficial. La respuesta fue contundente: el despido del Ministro.

    Econométrica ha sostenido, en tal sentido, que la política económica habría de ser más de lo mismo. Los hechos de estos últimos días –el silencio de la nueva conducción económica, las intervenciones públicas de la Presidente, y las noticias cotidianas- confirman el diagnóstico. Bajo tal orientación, la política económica oficial se enfrenta a dos problemas que no puede sortear y que ganan complejidad en el tiempo. El primero de ellos es que se van multiplicando los frentes de dificultades en sectores y actividades específicas: el conflicto con el campo no cesa, la escasez de combustibles es notoria, el remedio a la falta de energía para el invierno no tiene aún una solución clara, por citar tan sólo algunos. El segundo, es que la escala de estos obstáculos económicos particulares, al componerse y retroalimentarse entre sí, desgastan de manera significativa y acelerada la figura presidencial. La capacidad de conducción política está resentida, lo cual a su vez reduce los márgenes para las decisiones económicas.

    Estos dos problemas anotados arriba han motivado algunas corrientes de opinión e interpretación económica que sostienen que “más de lo mismo” es excesivamente costoso y que ha llegado la hora de poner sobre la mesa un plan económico. Hasta ahora, por lo que se puede observar, estas ideas no han llegado a la mesa de las decisiones oficiales.

    En nuestra opinión, y este es un primer elemento para dibujar el escenario próximo, hay razones de índole política y económica que inhiben al gobierno para encarar un programa integral de política económica. Veamos el factor político que, sin dudas, es de una importancia crucial. En el segundo semestre de 2007 se detectaban varios de los problemas económicos que hoy están todos los días en la tapa de los diarios. La posibilidad de aplicar una solución a tales cuestiones hace seis meses atrás era considerablemente menos costosa que la actual. Sin embargo, el gobierno optó por la pasividad primero para asegurar el resultado electoral, y aún, menos explicablemente, tampoco hubo acción alguna durante la transición presidencial. Iniciada la nueva administración, todas las decisiones se orientaron hacia la continuidad. La pregunta entonces es obvia: si no se adoptaron modificaciones de la política económica en el momento de mayor fortaleza política y con problemas en ciernes pero más sencillos, ¿por qué habrían de adoptarse ahora que el panorama luce considerablemente más difícil y está acompañado de la pérdida de imagen?

    El segundo elemento se vincula al panorama económico. Si bien los obstáculos que se observan en los diversos frentes de la economía son palpables, no debe olvidarse que estas dificultades se dan en medio de la bonanza económica. En cierto sentido, los problemas del gobierno devienen de cómo digerir un “shock positivo” en la economía, lo cual no deja de ser una cuestión que debe ser analizada con el cuidado del caso, aunque el fárrago del debate cotidiano en la Argentina la pone en un cono de sombra. El elemento distintivo de este período es que, a diferencia del pasado, no hay ningún elemento que permita “coordinar las expectativas” generando un vuelco repentino de los mercados. Es obvio que si se extrapolan de manera extrema muchas de las dificultades existentes, la situación concluirá en una reversión de la demanda de dinero y en la salida de capitales. Sin embargo, y este es otra cuestión clave para la interpretación del escenario de los próximos meses, el gobierno tiene, muchos recursos económicos con los cuales demorar el castigo de los mercados. Estos recursos económicos –principalmente el superavit gemelo, el nivel de reservas, y la ausencia de vencimientos inmediatos de la deuda- le aportan a la política oficial un auxilio valioso: aplaza la coordinación de expectativas en su contra. Es por eso que los tiempos son más generosos que en el pasado. Es por eso también, puesto en clave positiva, que la administración podría invertir estos recursos económicos, pagando con capital político pertinente, en el diseño de un programa. La hipótesis que sostenemos aquí es no hay decisión para invertir capital político y que la presencia de los “recursos económicos” opera como un placebo que demora la aplicación del remedio.

    ¿Significa lo anterior que el gobierno quedará sometido a la parálisis? De ninguna manera. “Más de lo mismo” significa ausencia de un programa económico, pero no de inacción política. Es muy probable que el gobierno intente anuncios y relanzamiento de medidas. Es previsible también que ponga en marcha alguna maniobra defensiva para enfrentar el deterioro. El próximo 25 de Mayo y los rumores de un pacto social encajan con el cuadro anterior, pero en nada desvirtúan la hipótesis enunciada.

    ¿Qué debe esperarse de un cuadro iluminado por estos anuncios pero sin mayores sustancia de políticas económicas que vayan a la solución de los problemas? En primer lugar, que el montaje de dicho cuadro no es gratuito en términos políticos para el gobierno. Es probable que haya aquí una mudanza de estilos y gestos. La cúpula presidencial buscará apoyos en ciertos sectores sociales –sindicatos, organizaciones empresarias (Unión Industrial)-, lo cual significará, en el plano económico, un aumento de la puja distributiva y las tensiones inflacionarias. Asimismo, es probable que la conducción oficial habrá de recurrir más abiertamente al sostén del PJ. Como otras veces en el pasado, el aporte principal aquí puede venir de mano de los gobernadores, aunque seguramente ello también venga también acompañado con un “price tag” de mayores transferencias, obras públicas y, en general, mayor apertura de la caja fiscal hacia las provincias.

    Se configura así el resto del cuadro. Los próximos meses del escenario económico pueden estar caracterizados entonces por un deslizamiento hacia el enfriamiento de la economía, mayores presiones inflacionarias y fuertes tironeos sobre el presupuesto público. Y esto en un contexto, donde el gobierno busca el apoyo de varios sectores para el sostén de sus políticas.

    Naturalmente que la situación no es estable ni es fácil predecir los tiempos. Por ejemplo, el nivel de actividad puede detenerse con bastante celeridad, dependiendo de cómo reaccionen el consumo y la inversión a este nuevo clima. O, las presiones fiscales pueden hacerse muy costosas y debilitar fuertemente las finanzas, lo cual tendrá impacto negativo en el precio de los bonos y las expectativas de los mercados. Si el deterioro alcanzara un grado severo, éste podría ser inspirar el lanzamiento de reformulaciones y revisiones de la política económica. Si tal cosa ocurriera, el gobierno deberá invertirán capital político en tal ejercicio proporcionalmente mayor que si hubiera anticipado tales decisiones. Por otro lado, bajo una versión atenuada de la situación descripta, el gobierno quizás podría navegar con este curso hasta las elecciones de 2009.

    En síntesis, para volver de donde partimos, hay varios signos que indicarían que la economía marcha hacia una desaceleración del crecimiento, acompañada de mayor inflación y puja distributiva, al tiempo que se deteriora el balance fiscal. El gobierno dispone de recursos económicos y políticos para navegar en esas aguas, pero el costo del curso elegido pone bajo pronóstico reservado los resultados que obtendrá el oficialismo en las elecciones del año próximo.

    Por Anonymous Anónimo, A la/s 7/5/08, 6:06 p. m.  

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