martes, abril 10, 2007

Al Sector Privado todavía le resta renegociar el 20% de su deuda externa

La deuda externa (pública y privada) reflejó una reducción neta de u$s4.500 millones en el transcurso del año pasado, alcanzando un stock a fin de 2006 de u$s109.300 millones según informó el Ministerio de Economía. Esta disminución en los pasivos externos se desagrega principalmente en dos efectos: en la cancelación neta u$s5.600 millones que hizo la administración pública y en un aumento neto de deuda externa de u$s1.100 millones que adquirió el sector privado. La reducción nominal del pasivo externo sumado al crecimiento económico permitió que el ratio deuda/pbi disminuyera nada menos que 11,1 puntos porcentuales en el último año al pasar de 62,5% del PBI en 2005 al 51,4% a fin del 2006.
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Respecto a la disminución de los pasivos externos del sector público por u$s5.600 millones, la cifra evidencia principalmente la cancelación de todo lo adeudado al Fondo Monetario Internacional (FMI) a principios de 2006 (u$s9.500 millones), aunque posteriormente su efecto neto fue en parte compensado por las sucesivas emisiones de deuda pública colocadas a no residentes, principalmente el Gobierno de Venezuela.
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En términos absolutos la deuda externa pública alcanzó los u$s59.800 millones, lo que es equivalente al 45% de la deuda pública total que habría ascendido a 132.600 millones al fin de 2006. Dicha magnitud incluye los atrasos de deuda con el Club de París aunque no así los u$s20mil millones de deuda que no aceptó el canje de mediados del 2005.
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Por su parte, el sector privado reflejó el año pasado el primer incremento nominal en los pasivos contraídos con el sector externo desde la crisis del 2001 por un total u$s1.100 millones, alcanzando un total de u$s49.500 millones a fin de 2006. Si bien el Ministerio de Economía todavía no informó como es su composición, se desprende de los informes del BCRA que también lleva una estimación de la deuda externa privada (actualmente con información hasta Septiembre de 2006), que si bien continuó la cancelación de bonos y títulos privados principalmente por empresas de servicios públicos así como también préstamos que el sistema financiero obtenían desde sus casas matrices, el efecto fue más que compensado este año por el incremento que está observado la financiación del comercio exterior, tanto para financiación de importaciones como en concepto de anticipos y prefinanciación de exportaciones.
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Alejándonos un poco de los números finos del año pasado y tomando perspectiva de lo acontecido los últimos años, vale advertir que la deuda externa descendió en u$s57 mil millones desde el 2001, de los cuales u$s28,1 mil millones corresponde a la disminución de la deuda externa del sector público (por el canje de deuda de 2005, la cancelación del FMI de 2006, así como también por no contabilizar el stock de deuda en manos de no residentes que no aceptaron el canje), mientras que los u$s28,9 mil millones restantes corresponde a disminución de pasivos externos contraídos por el sector privado.




Respecto a baja en los pasivos externos del sector privado, fue muy significativo la incidencia de las sucesivas condonaciones de deuda y/o capitalizaciones (tanto intereses como capital) que empresas multinacionales realizaron a sus filiales locales a medida que se acercaba el momento de pago, así como también se observaron fuertes reducciones en el capital adecuado en los procesos de reestructuración de los pasivos privados tras la crisis del 2001. Recién en el tercer puesto de los principales factores que explican la disminución de los pasivos externos aparece la "genuina" cancelación de pasivos con fondos propios (incluso con pagos por adelantado de pasivos recientemente reestructurados), propios de una economía con un abultado superávit en la cuenta corriente del balance de pagos y acelerado crecimiento económico.

Pese a que el proceso de reestructuración de pasivos externos del sector privado fue significativo, todavía restan renegociar cerca de u$s10 mil millones de los u$s49,5 mil millones que asciende la deuda externa privada, de los cuales en abrumadora mayoría corresponde al sector privado no financiero dado que a los bancos sólo le resta renegociar u$s100 millones. Difícilmente se observe este año avances significativos en la regularización de dichos pasivos dado que en su gran mayoría corresponde a deuda externa de empresas de servicios públicos privatizados que esperan la renegociación de los contratos (léase aumentos de tarifas por la prestación de sus servicios) para establecer con mayor previsión la situación financiera de la empresa y así su capacidad de pago.



En suma, la deuda externa a fin de 2006 refleja no sólo los avances en la reestructuración de los pasivos externos (públicos y privados) tras la implosión de la convertibilidad, sino también las asignaturas pendientes en dicha materia.
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Pero tan importante como continuar su proceso de regularización de los pasivos es que la economía genere genuina capacidad de pago para afrontarlos. En este sentido, vale recordar el abultado superávit en la cuenta corriente del balance de pagos que refleja el sector privado así como el superávit fiscal que evidencia el sector público son la piedra angular para que la economía en su conjunto continúe con su proceso de desendeudamiento observado los últimos años. De contar con ello, el manejo de los pasivos externos se hace sustentable en el tiempo y se evita que el servicio de la deuda sea un factor que limite el propio crecimiento económico.

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