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En este punto debemos hacer una salvedad. La mayor parte de la deuda de los gobiernos provinciales es con el Gobierno Nacional. En consecuencia, en el monto total de intereses que paga la Nación incluimos los intereses de la deuda provincial que esta en cabeza del Gobierno Nacional. De esta forma, en el pago de intereses provinciales sólo tomamos el pago de intereses de las provincias al sector privado, que representan alrededor del 30% del total de los intereses provinciales. En otros términos, la Nación se hace cargo de los intereses que les deben las provincias, lo cual implica que la Nación le refinancia a las provincias el pago de los intereses que estas últimas les adeuda.
Como se aprecia en el Cuadro N 1 el superávit primario del total de las provincias fue muy elevado (1,4% del PBI en 2004) como resultado de la política de contención salarial post-crisis del 2002. A partir de entonces la caída en el superávit primario de las provincias es muy fuerte. En efecto, pasa de un superavit primario de 6.500 millones de pesos en el 2004 a un déficit primario de 1.000 millones de pesos estimado para el 2007. Inciden en esta caída la política de recomposición salarial de los gobiernos provinciales. En el 2003 el aumento promedio salarial provincial fue del 5.5%, en el 2004 del 20.6%, en el 2005 del 32.8% y del 35% en los primeros seis meses del 2006 (último dato oficial disponible) en relación al mismo periodo del 2005.
El reciente anuncio presupuestario de la Provincia de Buenos Aires y los transcendidos sobre el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (en el 2006 el déficit primario $850 millones) nos sugieren que nos hemos quedado muy cortos en el déficit primario de la provincias que muestra el Cuadro N 1 para el 2007.
El anuncio oficial del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires es de un déficit primario para el 2007 de alrededor de 600 millones de pesos bajo el supuesto de que solo se destinan 600 millones de pesos para financiar aumentos salariales en la provincia. En el 2006 los salarios en dicha provincia aumentaron un 15% y tuvieron un costo anual de 1.400 millones de pesos. Ello nos sugiere que el Gobierno de la Provincia se quedo corto con las estimaciones de aumentos salariales. Si tomamos una cifra de 1.000 millones de pesos, aumento menos optimista que la actual del gobierno pero no tan costosa como la del 2006, el déficit primario de la Provincia de Buenos Aires seria de 1.000 millones. Con este importe tenemos cartón lleno en relación a nuestras estimaciones de déficit primario para el total de las provincias, que según el Cuadro N1 suman 1.000 millones en el 2007.
En consecuencia, los nuevos datos de la Provincia de Buenos Aires y otros trascendidos nos llevan a duplicar nuestra hipótesis de déficit fiscal primario para el total de las provincias a 2.000 millones de pesos. Este nuevo déficit representa el 0.2% del PBI. Por ello, dado el elevado superávit primario esperado para el 2007 por el Gobierno Nacional (3.1% del PBI) los crecientes desequilibrios fiscales son un tema que preocupa pero sigue siendo nada grave en el contexto fiscal consolidado de la Nación y las Provincias para el 2007.
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Sin lugar a dudas el 2005 y 2006 fueron años que marcaron un antes y un después en lo que se refiere a Deuda Pública. En efecto, a mediados de 2005 se concreta el canje de la deuda pública en default con un elevado porcentaje de participación (76%) luego de poco más de tres años en cesación de pagos, y meses más tarde, a principios de 2006, la Argentina cancela la totalidad de su deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Ambos hechos dieron una vuelta de hoja a la historia de la deuda pública.
Respecto al primero de ellos, el canje de deuda no sólo modificó cuantitativamente la magnitud del principal pasivo del Sector público en virtud de la quita de 60mil millones que conllevo su aceptación (aunque 20mil millones son los que no entraron al canje), sino también que dadas las condiciones de emisión de los nuevos títulos se consiguió alargar los plazos y reducir las tasas de interés conformando un perfil de vencimientos de forma congruente a la capacidad de pago del Gobierno. Además, mientras que antes del default sólo el 3% de la deuda pública estaba nominada en moneda nacional, en la actualidad cerca del 47% de la misma se encuentra emitida en pesos, lo que en principio permite reducir la incertidumbre ligada a la capacidad de pago del deudor ante variaciones de tipo de cambio.
Respecto a la cancelación de la totalidad de la deuda con el Organismo, al margen de la opinión de cada uno sobre el costo financiero de la operación (medido en el costo de oportunidad de cancelar deuda “barata” y no la cara), ciertamente el acto cierra con un “portazo” la historia Argentina con el Organismo Internacional que estuvo signada con más desaciertos que certezas desde ambos lados. Incluso los mismos 9.500 millones que la Argentina canceló correspondía al último préstamo (“Blindaje Financiero”) que el Organismo le concedió al Gobierno de De la Rúa con el propósito explícito de “fortalecer” la convertibilidad, y lamentablemente lo único que logró fue endeudar aun más al Gobierno sólo para financiar la salida de capitales en los últimos 90 días del 1 a 1, encareciendo innecesariamente los de por ya altos costos que implicaba salir del régimen de la convertibilidad.
Pero dejando de lado lo que es historia, vale destacar que la deuda pública finalizaría este año en cerca de los 132,6mil millones, reflejando un aumento nominal en el transcurso del año de u$s4.000 millones, aunque descendiendo sensiblemente en proporción a la economía que pasa de 71% al 61,8 % del PBI entre el 2005 y 2006, que es el dato relevante a seguir a la hora de ver la sustentabilidad de la deuda Pública.
Pero aún advirtiendo ello, la pregunta que nace es: ¿Por qué aumentó la deuda Pública en u$s4.000 millones?, ¿No es que el Gobierno tiene superávit y por lo tanto recursos para pagar?.
Para desagregar su incremento nominal hay que tener en cuenta que pese a que el Gobierno Nacional tiene un abultado superávit (del 3,6% del PBI), tras el pago de intereses le quedan cerca de u$s4.000 millones para hacer frente a u$s7.200 millones que tuvo de vencimientos de capital (sin contar el pago al FMI).
Este año ese faltante (u$s3.200) lo cubrió con nueva deuda (principalmente con Venezuela), aunque en virtud del buen contexto externo también colocó deuda (u$s1.800M) para financiar (buena) parte de los vencimientos del año entrante. Es decir, frenando el análisis hasta aquí el Gobierno enfrentó vencimientos por u$s7.200 millones, pero colocó nueva deuda por u$s5.000 millones, lo que reflejaría una cancelación neta de deuda pública cercana a los u$s 2.200 millones.
Pero para tener el saldo final de la variación de la deuda pública hay que tener en cuenta dos efectos más:
Respecto al primer efecto, vade advertir que si bien parte de la deuda crece por la inflación, también lo hacen los recursos tributarios que en su mayoría también están “indexados” a la evolución de los precios, pero al margen de ello, hay que resaltar que la deuda aumenta en dólares porque la inflación es mayor a la magnitud de devaluación del tipo de cambio. En el mediano plazo, considerando un TC que alcance su equilibrio, este efecto podría no ser significativo.
En suma, si bien el Gobierno realizó una cancelación neta de deuda cercana a los u$s 2.200 millones, el efecto CER (y tipo de cambio cuasi fijo), sumado a la capitalización de intereses, fueron factores que en conjunto aumentaron la deuda en cerca de u$s 6.200 millones. El incremento de deuda vía CER + capitalizaciones de mayor magnitud a la cancelación neta de deuda, arroja como resultado aumento de u$s 4.000 millones de la deuda pública en el año. Aunque vale recordar que casi la mitad de esa magnitud (u$s1.800 millones) buscan financiar parte de los vencimientos del programa financiero 2007.
Pero alejándonos nuevamente de los números finos, el Gobierno Nacional se encuentra en un proceso de desendeudamiento que si bien no se advierte fácilmente en términos nominales, si lo hace en términos reales. De hecho, la deuda pública pasó de 121,7% del PBI a fines de 2004, al 70% del PBI a fin de 2005 ya con los resultados del canje, este año finalizaría al 62% del PBI y a fin de 2007 estaría arañando el 54% del PBI. Y si bien el la exitosa renegociación de la deuda pública hizo un quiebre en la historia marcando un sendero posible para el desendeudamiento del Gobierno Nacional, vale advertir que lo único que ello puede hacerlo realidad es el ahorro público.
Por ultimo, el Gobierno está por anunciar la renegociación de la deuda con el Club de parís que seguramente incluirá la refinanciación del capital sin quita y total reconocimiento de intereses atrasados. El análisis precedente supuso ese resultado. Además, y a modo de ejercicio, si suponemos que los que no aceptaron el Canje en “algún momento” aceptarían recibir bonos descuento por 6 mil millones (pero sin bono PBI) a cambio de los 20 mil millones en default, el total de la deuda publica, ahora 100% renegociada, alcanzaría los 138,6 millones a fines de este año.
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